lunes 13 de febrero de 2012
Bajo asedio
Saltimbanquis con dagas por pies
y alguna intención inaprehensible
hieren mi cordura y mis sentidos
acallan el juicio con sus risotadas
y ponen a subasta lo sobrante
las horas sin gasto ni destino
los sueños que no hallaron estante
y la paz que no pude comprar
por haber derrochado lo tenido
en viejos y sucios mesones
que a precio de caviar daban gachas
y falsas estrellas imitadas
en las servilletas dibujadas…
Perforan en cada salto la coraza
que cubría un antiguo vacío
acallado por siglos a tenor
de un iluso latido motor
muelle a conciencia forjado
por la primera ilusión aquella
que hacía de mi cadáver
una aparente marioneta
llena de vida y de sonrisa bella
el hierro se quiebra y la rebaba
se incrusta en mis ojos
que ya solo ven luz rojo sangre
mientras suplican a un dios sordo
que detenga este desgraciado baile…
Carmen Soriano Lopez
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